Acción escénica en Bruselas, Turín y Varsovia

La ciudad, el mundo urbano, ha devenido, progresivamente, en el espacio natural para la acción escénica de manera que la escena contribuye activamente a “hacer ciudad”, a veces incluso en conexión directa con el mundo del urbanismo. Para comprender mejor estas formas de “hacer ciudad con los artistas”, ofrecemos en este número un Dossier que reúne tres aportaciones de profesionales que conocen a fondo el entorno escénico de las ciudades en las que habitan: Bruselas (Bélgica, como aglomerante), Turín y Varsovia.

El binomio cultura y ciudad es una de las confabulaciones más acertadas para contribuir al impulso de transformación de la sociedad. Dentro de lo cultural, las artes escénicas son hábitats fértiles de aportación de creatividad, de simbolismos, de nuevas formas de expresión, que contribuyen a dinamizar el motor estratégico del desarrollo de la ciudad: intervención en la cadena de valor, desde la formación a la exhibición; colaboración interinstitucional; colaboración público-privada; nuevas o rehabilitadas infraestructuras; procesos comprometidos con la ciudadanía… Hoy, la ciudad es un hábitat que acoge la diversidad del arte escénico pleno de significaciones y formas expresivas, que, con su potencial creativo abre, continuamente, nuevas narrativas que contribuyen a la cohesión y desarrollo social. La relación entre la ciudad y las artes, también las escénicas, es de amplio alcance, genera conexiones emocionales y es un poderoso instrumento para mejorar la pertenencia: “Ya sea que actuemos, aplaudamos o trabajemos como voluntarios, las artes dan vida a cada comunidad. Tocan la vida de casi todo el mundo. Pueden hacernos pensar, reír, llorar, bailar o debatir. (…) Nos reunimos en espacios artísticos para celebraciones especiales o en monumentos conmemorativos (…). Las relaciones y la pertenencia crecen en ese momento en que nuestros corazones y mentes están abiertos a nuevas experiencias y a los demás”[1].

En el primero de los artículos, Anna París, socióloga, bailarina, intérprete y gestora cultural, habla sobre Política cultural y artes escénicas en Bélgica. ¿Por dónde empezamos? y, de entrada, nos sitúa en un panorama complejo: “El esfuerzo por plasmar en papel, con claridad y concreción, a qué nos referimos cuando hablamos de política cultural y artes escénicas en este país es tarea ardua a la par que apasionante”, porque en Bélgica existe “un caleidoscopio multicultural y multinivel atravesado por una pluralidad lingüística”, que ha generado mapas culturales con visiones y enfoques diversos.

En la “multilingüe y poliédrica” Bruselas (región-capital) existen sistemas y prácticas culturales diferentes según el idioma que se hable y pueden ser más flexibles o menos y estar gestionadas de manera diversa, consecuencia de la autonomía de la que goza cada comunidad lingüística, francófona y flamenca. No obstante, desde 2014, existen acuerdos de colaboración entre ambas, que se han visto favorecidos por “el encargo de la Comisión Europea de impulsar la campaña de sensibilización del sector cultural bruselense en torno a Bruselas 2030 como Capital Europea de la Cultura”.

Por lo que a las artes escénicas se refiere, las de “sello flamenco gozan de un especial reconocimiento internacional y esto no es un hecho circunstancial, sino el resultado de cómo está estructurado y apoyado el sector”. Existe una estructura horizontal basada en múltiples redes, conformada por “instituciones, compañías, productoras, residencias artísticas, festivales, centros culturales, teatros, centros académicos, de formación y creación”. Por otro lado, desde 1993, la comunidad flamenca dispone de un “Decreto de las Artes, el cual se renueva y adapta a cada nueva legislatura” (cada 6 años), que aporta cohesión y fortalece el sistema escénico gracias a su financiación plurianual y a su elaboración “de forma ascendente”. Por su parte, el Instituto de las Artes de Flandes es un espacio de debate, reflexión y desarrollo que sustenta las artes escénicas en la región bruselense.

El mapa artístico francófono “es más joven pero no por ello menos relevante”. El resultado de una macroconsulta, realizada en 2015, en la que participaron representantes del sector artístico, cultural, creativo y educativo, sirvió para dar impulso al sector en general y, específicamente, al escénico. Su primer resultado fue implantar un sistema transversal entre disciplinas artísticas y clarificar, simplificar y adaptar “las herramientas administrativas a la realidad de las prácticas artísticas”. Por otro lado, promovió el trabajo de diferentes entidades y asociaciones que, desde entonces, dan impulso a las artes escénicas en la región y en la capital. Entre ellas, el Centro Coreográfico de la Federación Valonia-Bruselas se ha convertido en un referente europeo por su programa “artistas en residencia”. A su vez, la Agencia oficial para la Internacionalización de las Artes Escénicas de Valonia promueve “las artes escénicas de firma valona bajo un enfoque internacional”.

Anna Paris deja tres cuestiones abiertas sobre el mundo escénico belga: cómo solventar su relación con el público, es decir, a quién se dirige, cómo favorece la participación; cómo dar solución a la cooperación entre las dos principales Comunidades lingüísticas; y cómo lograr la sostenibilidad de artistas y proyectos.

En Turín Ciudad Laboratorio, Andrea Ciommiento, autor de teatro participativo y multimedia, sitúa el origen del valor experimental de la ciudad a finales de los años sesenta del siglo XX, a partir de una acción contracorriente del multifacético Pier Paolo Pasolini que intenta llevar “el teatro fuera del teatro, como herramienta de diálogo”. A su vez, el escritor y activista cultural Giuliano Scabia, en una práctica psiquiátrica, utilizó el teatro “como cortocircuito entre lo imaginario y lo real” y también lo llevó a fábricas, hospitales y escuelas.

La actividad creativa de Turín se mantuvo en los setenta (Cabaret Voltaire) y en los ochenta-noventa (Laboratorio Teatro Settimo y la Scuola Holden), hasta llegar a nuestros días, con la Fondazione Teatro Ragazzi Giovani, la cooperativa artística Fertili Terreni, que trabaja en barrios periféricos, el Teatro della Caduta, que lleva el teatro a las escuelas, y la Casa Fools, que selecciona sus espectáculos junto con un grupo de vecinos. Finalmente, el Teatro Stabile di Torino y el TPE (Teatro Piemonte Europa) “son instituciones que (…) apuntan a la producción de obras de autores contemporáneos” y ofrecen una “dieta variada” de producciones de alcance internacional. Por otro lado, diversas instituciones y entidades promocionan la cultura y las artes escénicas de gran formato, como la Fondazione Circolo dei Lettori y el centro cultural Polo del 900′. A estas entidades, hay que añadir el importante papel que desempeña la Rete della Case del Quartiere, una extensa red de centros culturales en los que, entre otras actividades, se realizan ensayos de teatro, danza y música de pequeño formato, “en diálogo con el contexto social”. El arte contemporáneo es acogido en diversos “contenedores” temporales o permanentes. La Contemporary Art Week alberga exposiciones, demostraciones e instalaciones temporales; mientras que otras entidades “piensan el museo como un espacio de encuentro y no sólo un lugar de exposición” (Fondazione Sandretto Re Rebaudengo, Fondazione Merz, OGR – Officine Grandi Riparazioni, Museo Ettore Fico y Camera Centro per la Fotografia). Con proyección de futuro, Ciommiento sitúa los festivales de cine que están arraigando en Turín, alrededor del Museo Nazionale del Cinema, que tocan temas tan diversos como el mundo juvenil, la ecología, el movimiento LGTBQI y la producción musical clásica y moderna.

Según Ciommiento, el principal objetivo a alcanzar es “rastrear el presente-pasado y el presente-presente, precisamente, porque Italia, hoy, es reconocida en el mundo por su pasado-pasado”. Para ello, Turín necesita “abrirse a la locura, abrirse a nuevos espacios y tiempos para imaginar”.

En Varsovia y el devenir de las artes escénicas, la dramaturga y directora de teatro Agnieszka Jakimiak presenta el mundo escénico de una de las pocas ciudades polacas donde, en los primeros años del siglo XXI “se percibía un auténtico sabor internacional en los teatros, las galerías, los museos y los espectáculos”, donde acudían artistas y grupos de teatro de notoriedad internacional.

Sin embargo, hoy, el mundo escénico de Varsovia ofrece un panorama con importantes limitaciones y pequeños avances. Las principales limitaciones vienen establecidas por decisiones de política pública llevadas a cabo, a partir de octubre de 2015, bajo el gobierno del partido Ley y Justicia (PiS, por sus siglas en polaco): recortes en las subvenciones y cuestionamiento de la autonomía ideológica de los artistas, de manera que “el apoyo gubernamental a los artistas debería ser selectivo y basado en sus convicciones políticas”. Hasta tal punto alcanzó esta línea política de acción que “las personas que ocupaban cargos directivos en las instituciones culturales y artísticas fueron reemplazadas por directores que apoyaban al partido gobernante”.

Jakimiak afirma que “como parte de la oposición a la política cultural del PiS, se crearon iniciativas comunitarias desde abajo” y, debido a que la escena varsoviana se financia, principalmente, a base de subvenciones provenientes de fondos municipales y no del Ministerio de Cultura, eso le permite tener una cierta estabilidad y “raramente se encuentran en el centro de las tensiones políticas”. No obstante, “mientras que las grandes instituciones teatrales siempre han podido contar con el apoyo de los gestores de la Ciudad de Varsovia, los espacios independientes se han enfrentado repetidamente a una serie de dificultades y a la falta de apoyo municipal, lo que a menudo ha llevado a su cierre o liquidación”. “Al mismo tiempo, son los centros de artes escénicas pequeños e independientes (…) los que orientan la vida artística de la capital”.

 

Descargar CCK Revista nº 22

 


[1] COMMUNITY FOUNDATIONS OF CANADA (2017), Vital Signs Arts & Belonging. Procedencia: https://dallasgislason.medium.com/art-in-the-city-the-surprising-impacts-of-the-creative-sectors-on-your-city-a7e3ed6c67e9

Emilio Palacios

Director adjunto de Fundación Kreanta. Licenciado en Historia Moderna y Contemporánea. Ha desempeñado responsabilidades de planificación, organización y gestión en los Departamentos de Trabajo y de Educación del gobierno de la Generalitat de Catalunya en los ámbitos del empleo, la formación profesional y la evaluación de la formación.

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